Bubba Wallace impulsa la victoria

""Algunos días, te despiertas y de alguna manera sabes que algo bueno está en camino": una sensación de previsión y confianza, de victoria cercana." Días como estos dan ganas de aprovechar cualquier oportunidad que se presente. Intentas no cuestionar qué maravillosa combinación de circunstancias te ha regalado este día especial o qué hiciste para merecerlo. Sales al mundo y haces lo que puedes e intentas aprovechar esta bendición antes de los grandes momentos para el resto de tu vida, como los rituales. Al menos eso es lo que Bubba intenta hacer.

Se despertaba con esta sensación cuando era niño antes del día de campo. Siendo el más rápido de la escuela, saltaba al campo sabiendo que se iría con un puñado de cintas, siempre tratando de superar al del año pasado. 

Una vez que pudo alcanzar los pedales (ahora el niño más rápido de Concord, Carolina del Norte), cambió el césped del patio de la escuela por el asfalto de las ferias. Desde los diez años de edad, desplegó su habitual 110%, compitiendo con karts frente al público de NASCAR en la apertura de los eventos principales. También podía oler la gloria, mezclada con goma quemada y gasolina.

«Hay que esforzarse ahora para ver los resultados más tarde», aprendió Bubba. Y 20 años después, esas mismas multitudes coreaban su nombre durante la Serie de la Copa. “Nada puede impedir que ganes”.

Bubba se despertó de nuevo con esa misma sensación de imparable días antes de desafiar al clima para detener su prisa por la línea de meta en Talladega. Esa fuerza imparable atravesó el coche 23 y consiguió su primera victoria en la NASCAR Cup Series. Lo sintió una vez más antes de su victoria en Kansas. Tal vez se deba al trabajo duro, la preparación y un gran equipo. Tal vez haya algo más en el secreto.

Antes de que Bubba hiciera historia en el coche 23, se asoció con Logitech G tanto para la NASCAR Cup Series como para la iRacing Pro Invitational Series de eNASCAR. Su tiempo en el simulador alterna entre otras fuerzas poderosas: el trabajo y el juego. A veces, se concentra con su equipo para probar qué amortiguadores y resortes usar durante los próximos fines de semana a través de la simulación, preparándose para lo inesperado. Otras veces está en un coche virtual, disfrutando del caos de la propulsión.

""Un domingo cualquiera, sólo un corredor en el asfalto va a conseguir lo que quiere ese día", a pesar de que cada corredor aprovecha cada oportunidad que tiene en la pista, hay obstáculos que no se pueden evitar. Siempre está el próximo domingo, otra oportunidad de alcanzar la gloria y otra prueba de la mentalidad de un campeón.

El camino a la gloria está plagado de desafíos, algunos menores, otros aparentemente inamovibles. Cuando se logra lo imposible, la victoria es más dulce. No importa si está en la simulación o en el ritmo: Bubba sigue su intuición para ganar para su equipo y sus seguidores, satisfaciendo esa fuerza imparable dentro de él.

"Creo que el momento en que ya no me importa ganar es probablemente el día en que me retire". Para Bubba, no existe un objeto inamovible. Tal vez en el retrovisor, en su pasado, pero ha pasado rugiendo a través de todo lo que se interpuso en su camino para llegar a donde está. Sus ojos están orientados hacia adelante, hacia lo que sigue, y todo es camino abierto.